Cristina20 de diciembre de 2013 07:26

No me extraña que no quieras volver, Isa... Es como si estuvieras viviendo la luna de miel que nunca tuviste. Además, los cinco juntos, de vacaciones y a mesa puesta se vive muy requetebién... Luego, el día a día es verdad que es más complicado: el trabajo, los gatos, los deberes, las mochilas, los baños, las cenas,... Si es que tienes razón: esto de la liberación de la mujer es una castaña!!!

Bueno, familia, aprovechad al máximo lo que os queda... Tendremos que aprender todos la lección de lo vivido: sin trabajar, "semos" mucho más felices (lo que no entiendo es cómo lo harán los vietnamitas para ser felices trabajando todo el día ¿¿¿???)

Un beso gordo,